Es considerado un icono de las películas de Serie B.
La saga consta de dos secuelas, un remake, varias adaptaciones a videojuegos, un musical, y un comic de cuatro tomos.
Esta película trata sobre un grupo de cinco jóvenes que se disponen a pasar un fin de semana en una cabaña en los bosques de Tennessee (el clásico argumento de las películas de Serie B). Los jóvenes encuentran el Necronomicón y por accidente invocan a los demonios que habitan en el bosque.
Desde ese momento la situación se complica y uno por uno los cinco protagonistas van siendo poseidos por el demonio y atacándose entre sí.
Algo a destacar de las tomas y planos de esta película es que se utilizaron unas tomas en las cuales la cámara perseguía a gran velocidad a algunos personajes, representando una visión en primera persona del espíritu que los ataca. Estas se realizaron montando la cámara en una tabla de madera, la cual era operada por dos personas que la iban moviendo a gran velocidad a través del bosque.
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Otra característica de Evil Dead es la exageración de la violencia y la sangre de forma un tanto innecesaria, y llevadas al extremo de tal forma que llegan a resultar cómicas, muy propio del género slapstick. Una secuencia particular es bastante reveladora de este estilo: En el film de 1981, de repente, las paredes comienzan a chorrear sangre que llega incluso a llenar el interior de una bombilla encendida y un velo viscoso de color rojo cubre por completo el objetivo de la cámara, pasando la vista del espectador a través de un filtro sanguinolento. En el film de 2013, cuando parece que al fin llega la calma, comienza a caer una lluvia de sangre de forma inexplicable que cubre todo por completo y trae de nuevo al demonio.
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Debido a la particular "energía" de su muestra en escena, la película es
a menudo referenciada por todo aspirante a cineasta como uno de los
mayores ejemplos en los que al escasez de recursos no representa una
limitación sino todo lo contrario. El frenético movimiento de cámara del
que hablamos antes fue posible precisamente gracias al hecho de que
Raimi utilizase una cámara de proporciones más reducidas, y la
posibilidad de destrozar la cabaña de arriba a abajo (la localización
era
realmente una casa abandonada) permitió aprovechar al
máximo el poco espacio disponible. La película también salió adelante
gracias al esfuerzo de Bruce Campbell como actor.